lunes, 1 de marzo de 2010
Con un poco de imaginación santificada, un hombre ofrece el siguiente diálogo para ilustrar lo que significa el dejar todo nuestro ser en las manos de Dios de tal modo que quedemos libres para servir a otros:
-¿Cuanto cuesta esta perla? Quiero tenerla.
-Bueno -dirá el vendedor-,es muy cara.
-Bien, pero, cuanto cuesta?-insistimos.
-Es muy, muy cara.
-¿Piensa que podré comprarla?
-Por supuesto. Cualquiera puede adqurirla.
-Pero,¿es que no me acaba de decir que es muy cara?
-Si.
-Entonces , ¿cuantó cuesta?
-Todo cuanto usted tiene-responde el vendedor.
Pensamos unos momentos.-Muy bien estoy decidido,¡voy
a comprarla!-exclamamos.
-Perfecto. ¿Cuanto tiene usted?-nos pregunta-. Hagamos cuentas.
-Muy bien. Tengo cinco millones en el banco.
-Bien cinco millones. ¿Que más?
-Eso es todo cuanto poseo.
-¿No tiene ninguna otra cosa?
-Bueno ........tengo unos pesos en el bolsillo.
-A cuánto ascienden?
Nos ponemos a hurgar en nuestros bolsillos. -Veamos esto..........
cien, doscientos, trescientos......aqui esta todo ¡ochocientos
mil pesos!
-Estupendo, ¿Que mas tienes?
-Ya le dije, Nada más. Eso es todo.
-¿Donde vive?- me pregunta.
-Pues en mi casa. Tengo una casa.
-Entonces la casa también-me dice mientras toma nota.
-¿Quiere decir que tendre que vivir en mi remolque?
-Aja ¿con que también tiene un remolque? El remolque también.¿Que más?
-Pero, si le doy entonces tendré que dormir en mi automovil.
-¿Asi que tembién tiene un auto?
-Bueno, a decir verdad tengo dos.
-Perfecto. Ambos coches pasan a ser de mi propiedad. ¿Que otra cosa?
-Mire ya tiene mi casa, mi dinero, mi remolque, mis dos autos. ¿Que otra cosa quiere?
-¿Es solo? ¿No tiene a nadie?
-Si tengo , esposa y dos hijos.............
-Excelente. Su esposa y niños también. ¿Que más?
-¡No me queda ninguna otra cosa! Ahora estoy solo.
De pronto el vendedor exclama:-Pero, ¡casi se me pasa por alto!
Usted ¡Usted también! Todo pasa a ser de mi propiedad; esposa,
hijos, casa, dinero, automóviles, y también usted.
Y enseguida añade:-Preste atención por el momento le voy a permitir
que use todas esas cosas pero no se olvide que son mías y usted también
me pertenece, y que toda vez que necesite cualquiera de las cosas de que
acabamos de hablar debe dármelas porque yo soy el dueño.
ASI SE OCURRE CUANDO SE ES PROPIEDAD DE JESUCRISTO
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