Arrepentimiento, es el primer paso que damos para recibir la salvación que Dios nos ofrece a través de Su Hijo Jesucristo.
“…Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentios, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados…” (Hch 2:36-38). Lea también Hechos 17:30.
A. LO QUE NO ES EL ARREPENTIMIENTO
1. No Es El Sentirse Meramente Culpable
El sentirse culpable respecto a los pecados cometidos, viene antes del arrepentimiento, pero no es arrepentimiento en sí. Nadie se arrepiente a menos que primero sienta convicción de sus pecados, pero no todos los que reciben convicción se arrepienten.
“Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré” (Hch 24:25).
Félix sintió convicción o culpabilidad de pecados, pero no se arrepintió.
2. No Es El Mero Sentir (Pesar) Por Sus Pecados
Algunas personas demuestran gran pesar o sentir por las consecuencias de sus pecados o porque han sido atrapados en la maldad. Muchas personas sienten pesar no por lo malo que han hecho, sino por el castigo que reciben cuando son sorprendidos.
“Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte” (2 Co 7:10).
3. No Es Meramente Tratar De Ser Una Persona Buena
Muchas personas tratan de ser mejores con sus propias fuerzas y cambiar sus vidas. Cualquier esfuerzo propio en tal dirección tiene sus raíces en la auto-justificación, la cual, no reconoce la necesidad del arrepentimiento del pecado. “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento” (Is 64:6).
4. No Es El Mero Ser Religioso
Los fariseos en los tiempos bíblicos, eran extremadamente religiosos en su conducta y en su práctica. Ayunaban y oraban, y conducían diversas ceremonias religiosas; sin embargo, nunca se arrepintieron.
“Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego” (Mt 3:7-10). Lea también Mateo 5:20.
5. No Es Meramente Conocer La Verdad
El tener un conocimiento intelectual, no necesariamente garantiza que la verdad ha llegado a ser una realidad viviente en la vida de uno. El creer con la cabeza y el creer con el corazón son dos cosas diferentes (lea Romanos 10:10).
“Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?” (Stg 2:19-20).
B. LO QUE ES EL VERDADERO ARREPENTIMIENTO
1. Estar Apenado Por Tus Pecados Delante De Dios
El verdadero arrepentimiento es un dolor sentido no hacia uno mismo o hacia otra persona, sino primero que nada es un dolor genuino por haber ofendido a Dios.
“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio” (Sal 51:1-4). Lea también el Salmo 38:8.
2. Ser Veraz (Sincero) Con Relación A Su Pecado
“Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado” (Sal 32:5). Lea también 1 Juan 1:9.
3. Apartarnos De Nuestros Pecados
“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” (Pr 28:13).
4. Aborrecer El Pecado
“Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios…” (He 1:9). “…y os aborreceréis a vosotros mismos a causa de todos vuestros pecados que cometisteis…” (Ez 20:43, 44).
5. Pagar Las Deudas A Los Acreedores Cuando Sea Posible
“Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado” (Lc 19:8). Lea también Levítico 6:1-7.
C. LO QUE IMPLICA EL ARREPENTIMIENTO
1. Tornarse Del Pecado
“No seáis como vuestros padres, a los cuales clamaron los primeros profetas, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras; y no atendieron, ni me escucharon, dice Jehová” (Zac 1:4). Lea también Gálatas 5:19-21 y Efesios 5:5.
2. Tornarse Del Mundo
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Jn 2:15). Lea también Santiago 4:4.
3. Tornarse De Sí Mismo
“Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Co 5:15). Lea también Lucas 14:26.
4. Tornarse Del Diablo
“…para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios…” (Hch 26:18). Lea también Colosenses 1:13.
5. Tornarse A Dios
“Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zac 1:3).
6. Tornarse A Una Vida Correcta
“Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia” (Ro 6:13).
MI DECISIÓN
Hoy decido arrepentirme y seguir tornándome del pecado, a medida que Dios me revele lo que es malo.
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